junio 23, 2010

Violencia de género: “Hay que ponerse en el lugar del otro”

“Si yo entiendo lo que ella siente y ella entiende lo que yo siento: la violencia podría reducirse”, planteó el filósofo Juan Guillermo Figueroa Perea en una seminario titulado “Los varones ante el ejercicio de la violencia” que se realizó en el salón Mitre de la municipalidad de Lomas de Zamora y fue organizado en conjunto por la Fundación de Organización Comunitaria (FOC) y la comuna lomense. 

Durante su ponencia, el autor del libro “Ser padres, esposos e hijos”, e investigador del Colegio de México en Filosofía, planteó diferentes situaciones cotidianas para analizar lo diferente que reaccionan hombres y mujeres y tratar de así “ponerse en el lugar del otro”.

Junto a Figueroa Perea estuvieron el coordinador de la Campaña Lazo Blanco de Argentina y Uruguay –que defiende la consigna: “Hombres contra la violencia hacia las mujeres”-, Hugo Huberman y la socia fundadora de FOC, Elisa Pineda quien celebró “que se puedan abrir espacios de debate como éste”.

La charla se alejó de formalidades académicas e invitó a la reflexión colectiva. ¿La clave? Los ejemplos cotidianos: “Ante un eventual robo las mujeres primero piensan en no sufrir una situación de violencia sexual, mientras que los hombres en que no les roben la billetera o los lastimen”, enunció Figueroa Perea, que explicó que “el cuerpo de las mujeres es visto como un objeto de consumo (…) y que los hombres no lo piensan porque no lo sufren”.

La sucesión de escenarios imaginarios continuó y su llegada fue efectiva porque el centenar de personas que colmó el auditorio interactuaba con el experto en violencia social, que reflexionó acerca de los roles que las sociedades asignan a las personas de acuerdo con su género.

“No se espera que un hombre demuestre sus sentimientos (…) siempre tiene que estar fuerte (…) y eso genera violencia contra ellos mismos”, ejemplificó el filósofo.

Y para aclararlo se refirió a una entrevista que tuvo con referentes de Madres de Plaza de Mayo a quienes les preguntó dónde estaban los padres. “La mayoría de los padres no aguantó la lucha (…) no sabían que hacer con el dolor”, citó Figueroa Perea, que señaló que “es lógico porque al hombre no se le enseña a tratar los sentimientos”.

El “aprendizaje del género” lo graficó citando un concepto de Simone de Beauvoir, la autora de "El segundo sexo", que afirmó que “no se nace mujer ni hombre, se aprende a serlo”.

“La vida puede ser más justa si nos cuestionamos lo que parece obvio y podemos reinventarnos (…) logrando ponernos en el lugar del otro”, cerró Figueroa Perea, que se llevó una pila de aplausos de Lomas de Zamora.

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Un día se vinieron los chicos

Más de doscientos pibes y sus familias participaron de los festejos por el Bicentenario de la Revolución de Mayo que prepararon la Fundación de Organización Comunitaria y la asociación civil Mujeres de la Comunidad (MudeCo) en el Parque Municipal de Lomas de Zamora, bajo el título: “Que se vengan los chicos”. El encuentro contó con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Municipio de Lomas de Zamora. El intendente local, Martín Insaurralde, presente en el evento, felicitó a la FOC por “venir peleándola hace años”. 

Durante el encuentro, que comenzó temprano, los niños, que concurren diariamente a los distintos centros de la Red de Jardines Maternales Comunitarios de FOC, realizaron diferentes representaciones sobre las costumbres de nuestro país en un salón que estaba caracterizado como un patio de la época colonial.

El cabildo de telgopor y los faroles antiguos daban el marco para recrear un festejo a todo trapo. La celebración comenzó con las palabras de la presidenta de MudeCo, Marta Alvarenga, que declaró: “Creemos en nuestro futuro y todas las mañanas por eso trabajamos junto a los niños”. En la misma línea se pronunció el director de la FOC, Juan Pablo Yovovich, que expresó: “Estamos muy orgullosos del trabajo que se viene haciendo y con estos doscientos años queremos aprovechar para hacer este reconocimiento”.

Las banderas de ceremonias, el canto del himno, un desfile de los chicos vestidos como en la época de la revolución, fueron imágenes que se sucedieron. Además hubo tiempo para la danza folklórica a cargo de los chicos de los diferentes jardines que participan de la Red FOC. Estuvieron los de Conejito Saltarín, Arrorró, Dulce Hogar, Ositos Cariñosos, Nueva Esperanza, Caminito de Colores y Capullito de Algodón.

También se presentó un ex alumno de Conejito, ya grande, que retornó para bailar con su ex maestra y emocionar a más de uno. El grupo de danzas Mayen de Villa Centenario ofreció otro momento de deleite, retomando todos los ritmos clásicos de nuestra música.

La entrada del Intendente, junto a la socia fundadora de FOC, Elisa Pineda, se llevó muchos aplausos. Pineda evaluó que “todo este festejo y avance es posible porque hay un gobierno nacional que apoya”.

Por su parte Insaurralde celebró que “desde que entro en vigencia la Asignación Universal por hijo, (en la comuna) aumentó un 25 por ciento la cantidad de chicos en las escuelas”.

El acto, que fue conducido desde arriba del escenario por Simón Gómez, referente del Área Infancia de FOC, llegó a su fin con el almuerzo, que como no podía ser de otra manera incluyó en su menú recetas típicas.

De esta forma, y empanada en mano, los pibes terminaron de actuar y sacarse fotos con sus maestras y familiares. Se vinieron los chicos, nomás.

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junio 22, 2010

Centro de Jubilados 1º de Mayo: hacer amigos en el barrio

Todos los días decenas de adultos mayores se reúnen buscando espacios de contención, recreación, actividades sociales y tratamientos para la salud. 

Enfermería, pedicuría, masajes, yoga, torneos de truco, partidos de tejo, bingo, viajes turísticos, talleres de psicomotricidad, clases de folklore y de tango son algunas de las actividades que el Centro de Jubilados y Pensionados 1º de Mayo les ofrece a los adultos mayores de Lomas de Zamora.

La presidenta de la organización sin fines de lucro, Susana Zampo, aseguró, en diálogo con La Unión, que “la prioridad de todo centro de jubilados es prestar contención, escucharse y compartir”, aunque subrayó que “también se trata de buscar actividades para pasarla bien”.

En la institución, que tiene una cuota mensual de tres pesos, los socios organizan asados y lotería los fines de semana. Aunque de lunes a viernes el lugar permanece abierto como punto de encuentro cotidiano, mates de por medio.

El aspecto externo del 1º de Mayo es de club social, bien de barrio. Adentro, el ambiente es muy agradable, todos parecen entretenidos en alguna de las múltiples actividades disponibles.

En las mesas de adelante, son varias, el truco -de a seis- es el elegido. Detrás, una partida de ajedrez entretiene a dos concentrados contrincantes, y a más de algún curioso disimulado que pispea a lo lejos el desenlace del juego.

Una de las costumbres que caracterizan a este centro es organizar bimestralmente la Fiesta del Paquetito, que consiste en festejar los cumpleaños de quienes celebraron en los meses previos a la juntada.

Mientras la mayoría de los socios se divierte, las personas que tienen a cargo el área administrativa (que también son socias) atienden llamados consultando por los viajes turísticos a Salta, Santiago del Estero, Misiones y Patagonia, que se realizarán entre agosto y noviembre. El cobro de cuotas y armado de las mesas para las fiestas, que consiste en juntar a los más compinches entre sí, son otras de las tareas administrativas que realizan los integrantes de la comisión directiva.

Según explicó la presidenta de la institución, la mayoría de las actividades “no tiene un valor adicional a la cuota”, porque en esos talleres “se hacen acuerdos” con organismos estatales, como PAMI y el municipio, para que éstos aporten el salario de los profesionales, mientras que la asociación se encarga de convocar a los alumnos y ofrecer el espacio físico. Sin embargo “algunos talleres tienen un costo extra porque pagamos nosotros el profesor”, amplió Susana.

Otro de los programas comunales en los que participa el centro de jubilados les proporciona entradas gratuitas a los socios para observar las obras que expone el teatro de la biblioteca Mentruyt, del distrito lomense.

Fiestas típicas con pares
Cada año, todos los socios del centro de jubilados son invitados a las fiestas más importantes de la organización. Son seis: el Día del Trabajador, cada 1º de Mayo; el Día del Padre, 20 de junio; el aniversario de la obtención de la personería jurídica -hace 24 años-, 9 de julio; el Día del Jubilado, 19 de septiembre; el Día de la Madre, 3 de octubre; y la fiesta de fin de año, a realizarse el 19 de diciembre.

Para visitar el lugar y hacerse amigo, alcanza con acercarse a las puertas, siempre abiertas, de Portela 970. También se puede llamar previamente al 4243-4892.

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Los jóvenes debatieron la Escuela Secundaria

Más de trescientos jóvenes de todo el país participaron del encuentro “Cabildo abierto, Escuela abierta” que se realizó en el Ministerio de Educación de la Nación. Con el formato de charlas-debate, los pibes analizaron cómo mejorar la escuela secundaria. Las conclusiones fueron leídas al ministro Alberto Sileoni, que respondió puntualmente a todos los comentarios y propuestas. El titular de la cartera educativa Nacional también se planteó un desafío: “La tarea que nos proponemos es lograr incorporar a los 400 mil chicos que están fuera de la escuela”. El evento contó con el apoyo de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas y de la jefatura de Gabinete del Ministerio. 

La jornada arrancó temprano con las palabras de Juan Pablo Yovovich, Director de la Fundación de Organización Comunitaria (FOC), una de las entidades organizadoras del evento, junto con la Red por los Derechos de los Jóvenes (Red x Der) y el Centro de Investigación y Educación Social (CiES), que expresó: “El país que queremos se debate desde la educación”.

En la misma línea se mostró la titular de Red x Der, Lizzie Wanger, quien opinó que “es importante ir construyendo con los chicos la nueva secundaria porque es de ellos”. Además, el Director de Políticas Socioeducativas, Pablo Urquiza, aseguró que es “un honor” que hayan asistido “chicos de distintos puntos del país para discutir y proponer sobre educación”.

Después de las presentaciones, llegó el momento para que algunos jóvenes cuenten sus experiencias en el campo educativo popular. Fue el caso de Soledad de Red x Der, fundación que tiene una revista de historietas que expresa las problemáticas de los adolescentes, que criticó: “La escuela muchas veces parece hecha para quienes tienen la realidad económica resuelta, ya que no contempla que los pibes salgan a laburar”.

Otra de las voces que sonó fue la de Ramón Lezcano, integrante de FOC, que contó qué participa desde hace una década en actividades que intentan incluir a los jóvenes que quedaron fuera del sistema escolar.
Cada chico recibió una hoja en blanco, donde debía colocar “cómo sería el país que sueña” y “qué secundaria se necesita para lograrlo”. Después, todos los que asistieron al evento fueron separados en grupos de aproximadamente 15 integrantes en los que debatieron desde la experiencia personal de cada uno qué cosas mejorar y cómo.

En uno de los micro-talleres, se escuchó a un chico lomense exponer: “Tuve una compañera, en noveno, que a los quince años dejó la escuela porque tuvo un hijo”. A continuación propuso que “sería bueno que en las escuelas haya guarderías para que las mamás puedan volver a estudiar”.

Después de aproximadamente una hora de trabajo con los coordinadores, cada grupo elaboró sus conclusiones y se las leyó (micrófono en mano) al Ministro Sileoni, que tomó nota de cada reclamo.

“Mejoras edilicias”, “flexibilidad horaria”, “espacios de participación”, “que las escuelas trabajen en conjunto con las organizaciones sociales”, “que haya guarderías en los colegios para madres y padres adolescentes” y “centros de estudiantes”, fueron los más escuchados.

Sileoni advirtió que no iba a dar un discurso “demagógico” y de entrada aclaró: “No podemos prometerles que para mañana todo va a estar bien”. Su honestidad fue bien recibida. Y el especialista en pedagogía explicó que “los cambios son procesos y que la tarea que se proponen (desde el ministerio) es lograr incorporar a los 400 mil chicos que están fuera de la escuela”.

Detrás del Ministro se veía una bandera argentina con insignias pintadas sobre el celeste y blanco: eran los pedidos de los jóvenes que se juntaron a debatir y proponer cómo mejorar el sistema educativo y el país. Ésos jóvenes que por televisión sólo son mostrados como violentos y vagos. “Son estigmatizados por la prensa, pero tenemos que ‘laburar’ juntos para que se muestren las maravillosas cosas que pasan en las escuelas”, invitó el titular de Educación.

Antes de retirarse, el funcionario nacional se mostró contento de fotografiarse junto a los centenares de alumnos. Luego, llegó el momento de almorzar los esperados ‘choris’ y hamburguesas. ¿El plato final? El Galpón de la Reforma del ministerio se convirtió en un teatro y apareció en escena “Del aceite a la cacerola”, una entretenida obra que repasó los 200 años de historia argentina, con la participación especial del actor Damián Desanto.

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junio 20, 2010

Una entidad contra la discriminación, la violencia y por los derechos de los jóvenes

Son allegados a una víctima que falleció por la agresión en la puerta de un boliche. Participaron de la sanción de una ley que regulará la actividad de los patovicas. 

La Asociación Civil Martín Castellucci (ACMC), que lleva el nombre del joven que murió en diciembre de 2006 tras ser golpeado por patovicas en la puerta del boliche “La Casona” de Lanús, lucha contra la violencia, la discriminación y por los derechos de los jóvenes. La organización dirigirá el primer centro educativo para patovicas.

La organización, que funciona desde marzo de 2007, tiene varios focos de acción para incidir políticamente y trabajar en prevención. Una de las herramientas es su programa de radio, llamado “No mires para otros lado”, que es emitido semanalmente (los martes de 22 a 23) a través del aire de FM 93.9.

En diálogo con La Unión, el presidente de la entidad y padre de la víctima, Oscar Castellucci, definió: “buscamos mecanismos para generar conciencia”. En ese sentido, además de expresarse por el éter, la ACMC participa en charlas en escuelas o instituciones para dar a conocer su experiencia.

Para sus integrantes es “fundamental” transmitir sus saberes para influir en la realidad cotidiana: “queremos modificar el medio para que las cosas no vuelvan a pasar”, según definió el referente.

Al respecto, reflexionó: “en cuanto a la prevención nos fuimos volcando hacia el vínculo con el Estado. Desde nuestra experiencia vimos que lo de Martín pasó por la ausencia del Estado, que tenía a la nocturnidad fuera de su agenda”.

Por eso, la institución se involucró en el desarrollo de la Ley 26370, que fue sancionada en 2008 y define las reglas que deben cumplirse par la habilitación del personal que controla la admisión y permanencia en eventos públicos,. “Participamos en las reuniones de comisión de (la Cámara de) Diputados”, contó.

A partir de la aprobación de la normativa, que prevé que los patovicas tengan que estudiar para poder ejercer, Oscar se encuentra trabajando en la aplicación efectiva de lo que consideró “un proyecto transformador a largo plazo”.

En la actualidad, la instalación del primer centro educativo para el personal de admisión (que estará en La Plata) concentra la mayoría de los esfuerzos de la organización sin fines de lucro.

Los integrantes de la ACMC participaron desde el diseño de las plantillas de inscripción, hasta en la elección de materias que se dictarán a los estudiantes. “Buscamos que un eje de la capacitación sea en derechos humanos, para que perciban la existencia de un otro con derechos, en la parte teórica. Además, hay toda una práctica para capacitar en técnicas físicas que sean defensivas, para neutralizar agresiones sin necesidad de usar la violencia”, detalló Oscar, quien dirigirá el centro de formación, tras su apertura.

Para que una persona pueda capacitarse como controlador de admisión y permanencia en los locales nocturnos, deberá contar con un título secundario. Como “hubo resistencia” por parte del sindicato que reúne a los patovicas, se aprobó un convenio que permite una habilitación temporaria si se encuentran estudiando para completarlo.

Para comunicarse con la Asociación Civil Martín Castellucci debe escribir a oscar@castellucci.com.ar

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junio 19, 2010

“Cultura del Sur”: un espacio para aprender disciplinas artísticas en el barrio

La institución brinda cursos a precios económicos para “cubrir los gastos de mantenimiento”. Además, los estudiantes realizan exposiciones dentro de la sede. 


Cultura del Sur es un complejo de enseñanza y exposición de actividades artísticas que está ubicado a metros de la estación ferroviaria de Temperley --en Meeks 1066--. En el lugar, que es independiente y autogestionado, se dictan talleres de malabarismo, circo, música y teatro, entre otras disciplinas.
Además, la institución sin fines de lucro que se encuentra reconocida por la Municipalidad de Lomas de Zamora y la Provincia de Buenos Aires, organiza todos los meses el festival “EnfiestARTE”, donde los artistas que estudian en la entidad exponen sus trabajos, articulados en una fiesta que se prolonga por más de seis horas.

“Los espectadores buscan un escape, un lugar de esparcimiento que les ofrezca un entretenimiento diferente”, analizó, en diálogo con La Unión, Melania Buero, quien dirige el centro cultural junto con Jorge Peluffo y Verónica Gutiérrez. La referente explicó que “entre los tres” llevan adelante todas las tareas administrativas.

“Le ponemos muchísima energía porque es un proyecto al que apostamos”, argumentó Buero, que además de artista es profesora de historia. “Cualquier emprendimiento en forma independiente que involucre expresiones y formación artística no es una tarea sencilla”, reflexionó.

Si de escollos se trata, uno de los mayores parece ser la dificultad para conseguir fondos. En ese sentido, la referente expresó: “la falta de subsidios oficiales agrega complicaciones a la labor”, aunque aclaró que “el centro ‘Cultura del Sur’ no se detiene ante estas limitaciones”. El complejo tiene pautas claras que lo definen: “Buscamos desarrollar 3 áreas: primero la educación formal de cada taller (para acceder a los conocimientos de cada disciplina artística);  después la exposición permanente, que es un gran complemento; y como tercera ‘pata’ la enseñanza de auto-organización del artista con su trabajo para que pueda tener una digna salida laboral”, expresó Buero.

Desde hace dos años que “Cultura del Sur” se encuentra establecido en el espacio actual. “Antes deambulábamos alquilando centros de jubilados o casas para hacer los festivales”, recordó la docente. Cuando llegaron a su ubicación actual, el galpón no contaba con servicios de gas, luz, ni teléfono. “Llevó muchísimo trabajo ir levantándolo”, reconoció, orgullosa, Buero.

Dentro de la entidad confluyen varios proyectos. El teatro está a cargo de la Compañía Gato Negro, mientras que el las actividades circenses están a cargo de “Sur Espumante”. “El circo está bárbaro”, evaluó la administradora y fundadora de la institución que fundamentó su calificación: “Las clases de acrobacias en tela y en aro se dan en el único lugar habilitado como escuela de circo dentro de la provincia (de Buenos Aires)”.

La convocatoria de este joven espacio cultural sureño es grande, ya que recibe alrededor de 300 espectadores por función de EnfiestARTE, y tiene cerca de 400 alumnos en los talleres que dicta (que son más de 60). El precio de los cursos es accesible, “cobramos lo mínimo para cubrir los gastos”, explicó Buero.

A modo de cierre, la artista reflexionó sobre el rol que cumple “Cultura del Sur” en la comunidad: “Brinda un espacio de liberación y permite el proceso creativo. La gente busca espacios culturales porque son sanos y los acercan a la felicidad”.

La entidad, que abre sus puertas de lunes a sábados entre las 16 y 22, puede ser contactada telefónicamente al 4392-2066

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junio 17, 2010

El Palomar, experiencia local contra la adicción a las drogas

Los pacientes realizan talleres de cine, teatro y murga. Además, practican educación física y natación. Conviven organizados en comunidad terapéutica. 

Desde hace 15 años la Fundación El Palomar recibe a hombres y mujeres con problemas de adicción en Lomas de Zamora. La entidad es una de las pocas que trabajan con personas de ambos sexos y ofrece las alternativas de un tratamiento ambulatorio o con internación, dependiendo de las necesidades de cada caso. “Cada vez recibimos pibes más chicos”, reconoció, preocupada, la directora y fundadora de la institución, Gladys Madeddu, en diálogo con La Unión.
La organización sin fines de lucro, que costea los tratamientos con las becas estatales por paciente o con la obra social que éstos puedan tener, surgió a mediados de 1995 en una casa alquilada donde los profesionales trabajaban tres veces por semana, bajo tratamiento solamente ambulatorio. Según explicó la especialista, después “la demanda subió” y empezaron “a trabajar con internaciones”.

“En ese tiempo en zona sur no había nada”, recordó la referente del lugar, que ofrece talleres de clowns, teatro, cine, murga, educación física y natación a sus pacientes. Además, “El Palomar” brinda actividades para fortalecer la solidaridad y los valores de los internados. “La idea es que puedan rehabilitarse y se relacionen con lo social”, explicó Madeddu.

Uno de los puntos que caracterizan a la fundación es que comparte espacios con otras organizaciones sociales para hacer “más fácil” a los pacientes la reinserción con “el afuera”. “Esto de que sea una internación ‘urbana’, y que los chicos salgan los ayuda” evaluó.

El Palomar tiene capacidad para tratar a 30 personas, y la mayoría de las veces tiene su cupo completo: “A diario recibimos derivaciones (del Gobierno) de la ciudad y la provincia, pero estamos completos”, se lamentó Madeddu.

Además, la especialista resumió las etapas que afronta un chico -la mayoría tiene entre 10 y 21 años- para rehabilitarse: “Cuando llegan no se ‘bancan’ tener que cumplir normas básicas como bañarse, abrigarse o armar su cama. De a poco van acomodándose al encuadre, siempre con mucho afecto. Y al final, cuando llegan a la reinserción, no se quieren ir”.

Los profesionales abarcan el tratamiento desde un punto de vista multidisciplinario y por eso trabajan con psicoterapia individual y terapias grupales, además de fortalecer cuestiones de convivencia en grupo.

“La comunidad terapéutica es un dispositivo de tratamiento”, explicó la referente, que amplió: “hay mucha presión porque un chico que llega tiene que levantarse a una hora determinada, aprender a pedir permiso y otras cosas, pero también encuentra mucho afecto”.

La mayoría de los pibes que están siendo tratados en la institución fueron derivados. La referente explicó que normalmente cuando son acercados por esta vía “es porque agotaron todas las instancias de tratamiento” que propone el Estado, por lo cual casi siempre son internados.

“No hay un tiempo estimado de rehabilitación porque la estrategia para cada paciente es individual, cada uno va a necesitar sus tiempos para resolver sus cuestiones”, expuso Madeddu. Si bien dependen de las personas, los plazos nunca son inferiores a un año y medio.

“La recuperación tiene que ver con que cada uno de los pibes posee una historia dolorosa que está sufriendo. Necesita que alguien lo cuide y contenga: esto es desde llevarlo al médico hasta decirle lo que tiene que hacer”, expresó la referente de la organización, que se mudará próximamente para ampliar su capacidad de atención y mejorar sus instalaciones.

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junio 16, 2010

Fábrica recuperada ex San Remo: ocho años gestionada por sus obreros

Luego de presentar la quiebra, pasó a manos de los trabajadores. Todos cobran el mismo sueldo, sin diferencias por cargo. Ayudan a otras cooperativas que recién comienzan.

Desde hace ocho años, la textil San Remo está a cargo de sus trabajadores, luego de que la empresa se declarara en quiebra, tras la crisis económica que sacudió al país a principios de siglo. María Inés Contreras, una de las referentes de la fábrica recuperada, afirmó: “estamos mejor que en la época anterior”.

En la entidad lanusense, ahora conocida como “Cooperativa de Trabajo ex Textil San Remo Limitada”, trabajan 23 obreros/socios que cobran exactamente el mismo sueldo, sin distinciones por el puesto que ocupen.

Cuarenta años para atrás en el calendario comenzaba la historia de la empresa dedicada al tejido por puntos. Sin embargo, entrado el nuevo milenio, cerró sus puertas, culpa de “la revolución productiva, pero al revés”, según definió Contreras.

“La fabrica estuvo un año cerrada, hasta que empezamos con los trámites en la municipalidad (de Lanús) y en los juzgados”, recordó la referente, quien destacó el desempeño de un juez que “habló con los dueños para comentarles que queríamos poner una cooperativa”, y logró la apertura.

Luego, los obreros que la conformaron tuvieron que realizar refacciones en las maquinarias para poder operar, ya que el tiempo sin producir había causado daños en ellas. “Hubo que reparar muchas cosas cuando empezamos y hacer muchas tareas de mantenimiento”, rememoró Contreras.

En aquella época los trabajadores estaban sin cobrar vacaciones, sueldos o aguinaldos por el cierre de la empresa. “Todo fue difícil al comienzo porque nació a costa de necesidades. Había jefes de familia desempleados y como éramos mayores de 30 años, no conseguíamos laburo”, analizó la (ahora) dueña de su propio trabajo.

Después de tener la orden judicial para poder administrar la fábrica, los obreros autogestionados tuvieron que decidir cómo organizarse. Contreras lo simplificó: “la mayoría estamos en los puestos que teníamos antes, aunque aprendimos el trabajo de todos”.

Todas las decisiones que toman los socios, las discuten en asambleas, que se realizan periódicamente. En esos debates se realizan, además, las revisiones de cuentas y se aprueban los balances.

“Mal no nos va”, evaluó Contreras, quien representa a la fábrica que incorporó tres nuevas máquinas de tejeduría desde que está a cargo de los trabajadores. En la entidad todos cobran lo mismo, cualquiera sea el cargo que ocupen. “Nos pareció lo mejor, y lo decidimos así”, contó la operaria, que aclaró que “los sueldos están mejor que antes”.

La organización forma parte del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas que concentra a los trabajadores de más de sesenta entidades con estas características. “Hay una cuestión solidaria de fondo. Entre las fábricas nos ayudamos con mercadería, dinero o lo que se pueda. Todo es para auxiliar a las que recién empiezan”, reveló la referente.

En julio, la fábrica lanusense, ubicada en Bolaños 1136, cumplirá sus primeros ocho años como cooperativa y este hecho representa para sus trabajadores un “profundo orgullo”.

“Es increíble lo que la gente puede hacer cuando se junta. Es una experiencia hermosa”, evaluó emocionada Conteras, quien concluyó: “creemos que no tenemos techo, porque el límite lo ponemos nosotros”.

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junio 15, 2010

El jardín Arrorró: una segunda casa para más de 100 chicos

Todos los días reciben a un centenar de niños y les brindan alimentos y contención mientras sus mamás salen a trabajar. Las maestras son otras madres. 

“Hacer que los chicos se sientan en su casa” es el objetivo del jardín de infantes comunitario Arrorró, de Temperley, que brinda contención a niños de entre 2 y 5 años, en las horas en que sus familiares “no pueden cuidarlos”, según contó la coordinadora del lugar, Marta Alvarenga, a La Unión.

Hace 20 años un grupo de mujeres se juntó para organizarse y cuidar a los chicos mientras que las mamás salían a trabajar. Esas personas conformaron la entidad Mujeres de la Comunidad (MudeCo) y dieron vida al jardín Arrorró.

La institución, junto con otras seis, forma parte de la Red de Jardines de la Fundación de Organización Comunitaria (FOC). “Empezamos sin nada, fuimos gestionando espacios propios para poder armar un lugar para los chicos. Le pusimos mucho esfuerzo y ‘pilas’ para golpear todas las puertas que se podían. En un principio, traíamos jarros y cucharas de las casas”, recordó Alvarenga.

El jardín -que ofrece a sus alumnos desayuno, almuerzo y merienda- es coordinado por madres “cuidadoras”, que cumplen el rol de la maestra. Por no contar con docentes, el título que otorga la institución a sus egresados no es reconocido por el Estado, aunque la referente, y presidenta de MudeCo, avisó que están “en un proyecto para poder insertar maestros dentro de los jardines” y así acercarse a los requisitos legales.

Igualmente, la versión comunitaria de un jardín de infantes es diferente a la convencional, ya que “lo comunitario incluye un trabajo mayor con la familia”, explicó Alvarenga, que amplió: “todo lo que no hace el docente, porque tiene una planificación estricta, lo hacemos nosotros, que incluimos a los padres. Los acompañamos cuando nos enteramos de circunstancias familiares complicadas para que los pibes no sean afectados”.

Un día cualquiera en el Arrorró comienza cerca de las 7 y no se sabe hasta qué hora se prolonga, ya que las madres cuidadoras se quedan en el lugar hasta que retiran al último pibe. Las actividades incluyen mucha conversación con los nenes, además de organizar juegos para que aprendan y se entretengan. “Charlamos con los chicos para que se sientan cómodos porque para muchos este espacio representa su casa”, confió Alvarenga.

“Cuando sos chico aprendés todo lo que te enseñan, y los pibes no se olvidan nunca de lo que les diste cuando eran chicos. A veces pasa que los cruzás de grandes, te abrazan y te dicen lo importante que fue para ellos”, confesó la referente, emocionada.

En la actualidad, el jardín Arrorró está esperando que la administración municipal apruebe la participación en planes deportivos locales. Para la referente es “muy importante porque los chicos crecen y se alimentan del deporte, que es una parte de su formación”.

La institución, que está ubicada en Anchorena 4566, recibe apoyo económico estatal para costear los gastos alimenticios de los 110 niños que asisten al edificio, que fue refaccionado porque antes era una casa vieja.

El jardín está “abierto a donaciones”, avisó la coordinadora, que expresó: “hasta unos lápices nos vienen bien”. El teléfono del Arrorró es 4260-2102.

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junio 14, 2010

“"Pumas del Sur”, un espacio de contención y formación para niños y jóvenes

La institución posee un jardín de infantes, una “casa del niño” y una imprenta. Además, dicta cursos de computación, cosmetología y diseño gráfico. 

“Pumas del Sur” es una entidad que trabaja para mejorar la calidad de vida y brindar espacios de formación, contención y recreación a niños y adolescentes del Conurbano Sur. La ONG nació hace tres décadas, gracias a la voluntad de “tres muchachos” que vieron que “había necesidades muy grandes en los chicos”, según reveló su presidente, Enrique Flores, quien cofundó la institución junto con Héctor Romero y Mario Villanova.

Inicialmente, los “Pumas de Banfield” fueron un equipo de fútbol infantil. Luego, la “necesidad de contener” a los niños motivó a sus iniciadores a ir por más. Así, con la ayuda de una organización religiosa, en 1991 inauguraron un comedor en la sede de 12 de Octubre 1874, donde continúan hasta la actualidad. “Veníamos después de nuestros trabajos a servir meriendas y ayudar a los pibes”, recordó Flores.

En cuestión de años creció mucho “ese gran sueño” que comenzó en 1981. Durante este tiempo, la ONG ideó y presentó proyectos sociales a diferentes organismos para obtener subvenciones. No les ha ido mal, ya que cuentan con 17 iniciativas aprobadas hasta la fecha. Algunas de ellas a través de convenios con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, su par provincial, UNICEF y las embajadas de Holanda y Canadá. “Como cumplíamos las expectativas de cada proyecto, eso nos fue sirviendo de antecedente para los siguientes”, analizó Flores.

Actualmente, la entidad cuenta con un jardín de infantes en el que funcionan 10 salas para los niños, en turno mañana o tarde. Para costear los salarios de los docentes, la organización recibe una subvención estatal y completa su presupuesto con “el arancel que pagan las familias que pueden”. Además, en la organización banfileña, hay un comedor que atiende gratuitamente a “más de 80 chicos”, a los que ofrecen desayunos y almuerzos.

Pero eso no es todo, porque en “Pumas del Sur” también funciona una “casa del niño”, en la que ofrecen “un servicio complementario al colegio”, definió Flores. Es que las puertas de este programa institucional se abren para que los pibes, de entre 6 y 12 años, asistan al salir de la escuela y encuentren un lugar para “hacer sus deberes y algunas tareas recreativas”.

Asimismo, el lugar tiene espacios de formación para los más grandes. Por eso, la institución brinda una gran variedad de cursos entre los que se cuentan: computación, cosmetología y diseño gráfico.

“Son muy importantes para que se capaciten los jóvenes”, valoró el referente de la entidad que, también, cuenta con un gabinete psicopedagógico “para asistir a los pibes y sus familias”.

Además, hay una escuela gráfica en la que se realizan trabajos de imprenta, que se solventa con anuncios en las publicaciones institucionales, aunque también realiza impresiones para terceros.

La organización social parece no tener freno y encontró un nuevo camino: los emprendimientos para dar trabajo a la comunidad. La iniciativa “La que faltaba” se encarga de fabricar pizzas en forma de cono, e incluso ya se encuentra “tramitando la habilitación municipal”, según adelantó Flores.

El referente le confió a La Unión que “en unos meses” estará presentando el libro “Crecer y algo más”, de su autoría, que prometió: “estará dirigido a las organizaciones para intentar transmitir las experiencias de trabajo con la comunidad”.

Para ayudar a la institución, los teléfonos de “Pumas del Sur” son 4248-6358 y 4242-2196.

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junio 11, 2010

El Industrial de Temperley, un semillero de ideas y de trabajo en equipo

Allí, docentes y alumnos diseñaron un auto de carrera, que compite en la Fórmula, un coche alimentado a energía solar, y mantienen en el aire una radio propia. Ahora trabajan codo a codo en el desarrollo de una bicicleta eléctrica. Buscan auspiciantes para solventar nuevos proyectos.

Haber desarrollado un auto que es impulsado por energía solar y cumple con las exigencias internacionales, fabricado un coche de carreras y tener una radio (FM 88.5), son logros que corresponden al “Industrial de Temperley”, como se conoce tradicionalmente a la escuela de educación técnica Nº 5 del distrito de Lomas de Zamora.

En diálogo con La Unión, su director, Héctor Deluca, analizó el rol de la educación industrial: “el técnico medio fue el que levantó y construyó la industria del país”. Además, reflexionó que “ser trabajador está mal visto socialmente” y avisó que desde la institución trabajan “para revalorizar el trabajo, a pesar de las condiciones político-económicas que a veces no ayudan”.

“La gran mayoría de nuestros alumnos se vuelca al mundo del trabajo”, continuó el docente. A partir de la última reforma educativa, los colegios técnicos recuperaron el año extra de cursada que solían tener, por encima de los bachilleres.

Deluca se mostró satisfecho con el acercamiento al plan de estudios original: “con la nueva Ley de Educación Técnica nacional y provincial recuperamos la historia de la escuela técnica”, expresó.

Con el novedoso plan, los estudiantes que completen seis años de cursada recibirán el título de bachiller. Y si continúan doce meses más, serán técnicos.

Sobre la normativa, el director evaluó que “prevé un fuerte impacto desde lo laboral” basándose en que durante el último año el alumno deberá cumplir 200 horas de trabajo “en pasantías o en la escuela”, bajo el nombre de prácticas profesionalizantes.

“Esto nos da la posibilidad de preparar un técnico de nivel medio”, festejó el docente que dirige una escuela que ofrece las especialidades de electromecánica, electrónica y automotores.

La institución cuenta con algunos proyectos insignia, como ser la preparación de un auto de carreras propiedad de la escuela, que es piloteado por uno de los docentes en la categoría Fórmula 1 Mecánica Nacional. El bólido fue preparado en la entidad, donde también se encargan de su mantenimiento. Fue fabricado en Temperley en 1994 y actualmente se lo suele ver en los autódromos de La Plata y Dolores, donde habitualmente se presenta.

Otro de los orgullos de la escuela es el coche alimentado a través de energía solar. Este auto fue diseñado en 2001 con la intención de desarrollar “energías alternativas”, expuso Deluca.

El vehículo alcanza los 60 kilómetros por hora y tiene autonomía continua bajo los rayos del sol y puede circular hasta 3 horas sin luz natural. Para su fabricación se respetaron todas las normativas de calidad internacionales.

Igualmente, Deluca contó que “es difícil continuar avanzando” en la materia porque “en este tema necesitás más financiamiento”, aunque adelantó que están “auspiciantes para desarrollar otro prototipo solar”.

En la actualidad profesores y alumnos se encuentran dando los últimos toques a la “bicicleta eléctrica”, que según prometieron, será presentada próximamente.

Deluca expuso los motivos de las innovaciones que plantea su escuela: “los proyectos surgieron para dar respuestas a los cambios de planes (educativos anteriores) porque al ‘desaparecer los talleres’ teníamos que enganchar a los chicos con el trabajo manual”. Y graficó: “si la cosa se mueve, el pibe se engancha. Es distinto a la teoría, a ver papeles”.

También dentro del colegio funciona, desde 2001, la “Radio del Industrial de Temperley”, donde los alumnos son los encargados de producir los programas que atravesarán el éter en la frecuencia 88.5 de FM.

“Buscamos retener a los chicos dentro de la escuela”, señaló el docente, y dio cuenta de que “la radio se hizo para que expresen también sus inquietudes culturales, sociales y artísticas”.

Deluca reconoció que en los últimos años las escuelas técnicas “crecieron mucho en su equipamiento”, al participar en el Plan de Mejoras para Escuelas Técnicas, impulsado por el Gobierno nacional.

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junio 10, 2010

“Malvinas, siempre argentinas”: un museo que reivindica a los ex combatientes

Los veteranos de guerra ofrecen charlas pedagógicas y recorridas por las vitrinas que exponen trajes, armas, mapas y fotos. Comenzaron dando clases por las escuelas. Centenas de estudiantes lomenses acuden cada mes.

El museo pedagógico “Malvinas, siempre argentinas”, que se encuentra dentro del edificio de la Comisión de Enlace de Veteranos de Guerra de Lomas de Zamora, recibe todas las semanas a decenas de alumnos de las escuelas de la comuna. Los ex combatientes comparten sus experiencias con los estudiantes y proyectan videos temáticos.

El lugar, que se encuentra en la esquina de Frías y Garibaldi, tiene vitrinas en las que posan los uniformes militares completos que usaron los integrantes de la Fuerza Aérea, la Marina y el Ejército en el conflicto bélico de 1982. Además, se exponen mapas, diagramas y esquemas detallando el desarrollo de las acciones militares; fotografías inéditas de la vida en las Islas Malvinas tomadas antes y durante la guerra; elementos que pertenecieron a los caídos en combate, y condecoraciones que recibieron los conscriptos.

Todos los chicos que se acercan con sus escuelas tienen la posibilidad de recorrer el museo acompañados por un ex combatiente que les explica lo que ven. Durante la recorrida, los más jóvenes “muestran muchísimo respeto”, reconoció Jorge Luis Bonelli, uno de los referentes de la institución.

Los veteranos repasan la historia y, junto a los docentes, les sacan las dudas a los estudiantes sobre los hechos acontecidos en las islas. También los invitan a compartir la proyección de un video institucional, que es acompañado por la experiencia particular de cada combatiente.

La Municipalidad de Lomas de Zamora les cedió, por primera vez en 1987, el permiso de uso de los terrenos que actualmente ocupan. “Empezamos yendo a contar nuestra historia a las escuelas”, recordó Bonelli, quien agregó que cuando construyeron las instalaciones actuales, cambiaron la modalidad de las charlas y prefirieron “que los chicos vayan a visitar el museo”. Las excursiones duran “el tiempo que los chicos se puedan quedar”, ya que “se dan por la mañana, por la tarde o en ambos turnos”, según precisó.

Además de brindar charlas pedagógicas a los jóvenes de la zona, la comisión de veteranos organiza actos conmemoratorios cada año para recordar algunas fechas, como el día en que se inició la guerra, cuando se produjo la rendición argentina y el Día de la Soberanía Nacional (2 de abril, 14 de junio y 20 de noviembre, respectivamente). Bonelli resumió la intención en una frase: “tratamos de hacer algo especial en las fechas que son importantes para nosotros”.

Todos los fines de semana, los socios de la entidad se reúnen para tratar los temas más relevantes que hayan acontecido de lunes a viernes, y aprovechan para realizar jornadas sociales, con asado, truco y mates de por medio. Al respecto, se pronunció el ex combatiente: “entre veteranos de guerra nos sentimos bien porque vivimos lo mismo y formamos un grupo mancomunado”.

Otro de los ex combatientes que dialogó con La Unión fue el ex presidente de la Comisión de Enlace de Veteranos, Roberto Piccardi, que destacó “el gran trabajo que realiza el Departamento de Veteranos de Guerra Municipal (que también funciona en el lugar) atendiendo a los combatientes que se acercan”.

No es casual que se dediquen a contar sus experiencias a los más jóvenes: “queremos hacer un traspaso generacional de las vivencias que tuvimos para que no se repita un hecho de esta naturaleza. Las Malvinas tienen que volver a ser nuestras, pero por la paz”, reflexionó Piccardi.

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junio 08, 2010

“Che Pibe”, una organización para que la infancia siga jugando

Trabajan con las familias para defender los derechos de los niños. La entidad cuenta con un jardín materno-infantil, una Casa del Niño, otra del Joven y una escuela de oficios. Intentan que los chicos tengan un lugar para crecer.

En Fiorito, hace 23 años surgió “Che Pibe”, una organización social que en la actualidad recibe a centenares de niños y jóvenes con el objetivo de que los chicos “crezcan siendo felices y sintiéndose protagonistas”, según definió en diálogo con La Unión su vicepresidenta, Marcela Val.

“Che pibe, vení a jugar”, una frase que se convirtió en lema y dio forma a la entidad que trabaja en uno de los barrios más pobres de Lomas de Zamora. La organización cuenta con una escuela materno-infantil a la que concurren 100 niños; con una Casa del Niño, a la que asisten 350 chicos de entre 6 y 12 años en contraturno escolar; y con la Casa del Joven, formada por chicos desde los 13 años.

La Casa del Niño ofrece juegos, comida, clases de computación y apoyo escolar. El requisito para participar es que los chicos asistan a la escuela. Mientras tanto, los más grandes tienen actividades de las más diversas porque el lugar cuenta con una escuela de panaderos (que hace dos años emite títulos oficiales a sus egresados), una de danzas folclóricas, talleres de cine, serigrafía y fotografía.

“Somos una escuela de oficios”, dijo Val y se alegró. Pero hay más. Desde comienzos de este año formalizaron un convenio con la cooperativa de cartoneros “Amanecer” para recibir a los hijos de los trabajadores en el turno noche, a partir de las 17. “Se les da de comer, herramientas de higiene, recreación y talleres de derecho”, explicó.

No es casualidad que la institución no gubernamental adhiera a la consigna “El hambre es un crimen”, y por eso participe en el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo.

“Che Pibe es como un pulmón que oxigena porque los pibes acá encuentran un lugar para crecer”, graficó la referente social, que resumió la realidad de su barrio: “estamos rodeados del tema de la trata (de personas), de vendedores de ‘merca’, de basurales y así es difícil que crezcan positivamente”.

En ese contexto de pobreza, peligros y contaminación, lo importante parece ser algo simple: que los chicos jueguen. Y a eso apunta “Che Pibe” con la escuelita de fútbol infantil, en la que participa un centenar de niños de diferentes edades, que también tienen acceso a la biblioteca popular que funciona en las instalaciones de la entidad.

Para costear las actividades, la institución tiene convenios con la provincia de Buenos Aires, a través de la Unidad de Desarrollo Infantil (UDI). Sin embargo, Val subrayó: “siempre le huimos a los padrinos políticos partidarios, es algo que nos costó, pero a la larga nos fortaleció tener autonomía política”.

El nacimiento de “Che Pibe” fue hace 23 años gracias al trabajo en conjunto de un grupo de vecinos de Fiorito y estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Todo empezó para “ayudar a los chicos que estaban más expuestos a situaciones de violencia, en la calle o con problemas familiares”, relató la vicepresidenta, y una de las fundadoras de la entidad que aseguró que “a través de la labor con las familias se logra trabajar por los derechos de los chicos”.

“Lo más lindo de ´Che Pibe´ es cuando ves que a través de la participación, los chicos sienten que el mundo es de ellos y para ellos. Los ves felices y protagonistas”, concluyó la referente.

Colaborar con “Che Pibe”

“En este momento estamos necesitando ropa, porque muchos chicos tienen poca o no tienen”, comentó Marcela Val, la vicedirectora de la fundación que recibe donaciones en su sede de Milán 2348, entre Baradero y Campana, Fiorito. El teléfono de la entidad es 4286-5987.

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junio 07, 2010

APEAD: un taller que protege e incluye

Se trata de un espacio dedicado al trabajo artesanal de personas con discapacidad. Allí, 35 personas con capacidades intelectuales diferentes producen cepillos, muñecos de peluche y pantuflas de forma artesanal.

Contención, trabajo y superación son características que no pueden dejar de mencionarse para referirse al Taller de la Asociación de Padres en Asistencia al Discapacitado (APEAD) donde 35 personas con capacidades intelectuales diferentes producen cepillos, muñecos de peluche y pantuflas de forma artesanal.

La Unión visitó el lugar y dialogó con el coordinador del área técnica, Felipe Holgado, que explicó la función del taller fuera de lo estrictamente comercial. "Le ayuda en una forma muy grande a los chicos en el aspecto social. Si en vez de estar acá, están solos en la casa sufren una involución continua. Acá están rodeados de una cantidad de personas y eso los ayuda a socializar", narró.

La integración al mundo del trabajo es muy difícil para las personas con discapacidad porque la mayoría de los espacios que se abren tienen que ver con la educación y no con vacantes en el mundo laboral.

A eso se refirió Mariela Grucci, coordinadora del área de producción de pantuflas y muñecos, que comentó "si hablas con los chicos te dicen que no quieren ser educados eternamente sino que quieren cumplir etapas como cualquiera, la escuela, un trabajo, tener su plata".

El sitio, que se encuentra ubicado a pocas cuadras de la estación de Lomas, es dirigido por una comisión de padres que comenzó a idear este proyecto "hace 25 años en el garage de una casa". Las personas que trabajan en el taller tienen de 25 a 60 años y complementan las actividades laborales con natación, atletismo y clases de cocina. Al respecto, Grucci aclaró que para "muchos fue la primera vez que cocinaron porque en las casas no los dejan".

La jornada de trabajo se prolonga desde las 8 hasta las 14, de lunes a viernes, y consta de diferentes actividades "según las posibilidades de cada chico", explicó Holgado que precisó la forma de organizarse: "El trabajo es compartido para que todos participen en el proceso de producción".

Algunos perforan las maderas que serán la base de los escobillones donde otros colocarán prolijamente las cerdas. Mientras tanto, en otra punta del taller algunas mujeres recortan moldes en tela que luego serán rellenados para dar forma a los peluches.

Las tareas son variadas y muy difíciles, pero los 35 trabajan prolijamente mientras escuchan los CDs que llevaron. Es que cada uno elije la música un día y respeta la favorita de los demás los siguientes. Todo sucede en absoluta armonía y con mucha organización. Se escuchan cargadas, y respuestas, referidas a resultados futbolísticos. "Anda mal Boca, pero les ganamos", decía un xeneize a un hincha de River, que se defendía.

Este ambiente parece cotidiano para los coordinadores que coincidieron en que siempre los "hacen quedar muy bien" por el comportamiento. "Tienen muchísima solidaridad y compañerismo, esas son capacidades que nosotros estamos perdiendo", se sinceró Grucci, a quienes muchas de esas personas con discapacidad consideran una madre, a pesar de ser más joven.

"Todos tienen una discapacidad mental aunque con distintos diagnósticos y esto (el trabajo) les ayuda a socializarse, desarrollarse y encontrar objetivos" expone Holgado.

Según le relataron los dos referentes a este cronista, los "chicos" --como llaman a los operarios cariñosamente-- se motivan ante cada nuevo desafío. Y por eso el taller, que recibe fondos de la Provincia de Buenos Aires para pagar 300 pesos mensuales a cada trabajador, también acepta trabajos por encargo de diferentes empresas, y de paso costea gastos de mantenimiento.

"El año pasado hicieron los muestrarios de las telas para una fábrica", cuenta Grucci mientras su compañero muestra orgulloso los productos terminados.

La venta de los productos, que son de muy buena calidad, se hace en el taller a precios muy económicos. Un escobillón se puede conseguir desde siete pesos, mientras que las pantuflas cuestan sólo cinco. Con la compra se ayuda al bolsillo y a mantener el espacio donde "estos chicos pasan su vida".

Para comunicarse con APEAD se puede escribir a felipeholgado@hotmail.com o visitar la sede ubicada en Lamadrid 524.

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junio 04, 2010

Club Unión de Lanús, de las ruinas a un espacio deportivo y muy social

La institución nació tras la crisis de 2001. Tiene dos escuelas para adultos, dicta talleres populares e inauguró una biblioteca, para la cual piden libros.

En solamente ocho años de vida, el Club Social y Deportivo Unión logró tener canchas de fútbol, handball y básquet, un bachiller para adultos, una biblioteca y hasta una emisora de radio comunitaria, en el terreno donde había una fábrica abandonada. Su presidente, Walter Ramella, observó el rápido crecimiento y lo analizó: “además de lo deportivo, tenemos un objetivo social y una visión a largo plazo, para que perdure en el tiempo”.

La institución, ubicada en Posadas 455, Lanús Este, fue fundada en 2002 en un espacio que perteneció a la fábrica Alpargatas, cerrada tras la crisis de principio de esta década. “Un grupo de vecinos, que veníamos preocupados por la falta de espacios de esparcimiento y recreación en la zona, decidimos hacer un lugar para que los pibes practiquen deportes”, recordó Ramella.

Después de que la empresa declaró su quiebra, fue a remate y “la compró el acreedor hipotecario”, relató el máximo referente del club, quien aclaró que “siempre tuvieron una buena relación con los dueños anteriores”, ya que “estaban agradecidos porque el lugar estaba cumpliendo un fin social”. De esta forma, el Unión obtenía el permiso legal para poder hacer uso de las instalaciones.

Al principio inscribieron socios y solventaron las obras de remodelación con el dinero que ingresaba por los alquileres de las canchas. De este modo, y en poco tiempo, construyeron una sala de computación, una biblioteca, dos aulas para que funcionen los servicios educativos y un nuevo salón de usos múltiples.

Estas obras representan toda una declaración porque el club demuestra tener muy presente el compromiso social con la comunidad. Por eso, no asombra que en la entidad deportiva funcionen dos escuelas: primaria y secundaria, para adultos, que poseen una currícula semi-presencial, cuestión que permite a los alumnos completar sus estudios con mayor flexibilidad horaria.

Los socios, además, cuentan con el espacio de una radio que transmite por internet, mientras que se hacen las refacciones edilicias necesarias para colocar la antena, que le permitirá al Unión de Lanús atravesar el éter. “En una parte de un salón que nos había quedado chico, se está construyendo el estudio y la cabina del operador técnico. Ya encargamos un transmisor y una torre de antena”, adelantó Ramella.

El proyecto radiofónico cuenta con “el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación”, contó el presidente del club donde se practican artes marciales, danzas, gimnasia artística, handball, básquet y fútbol.

La institución del conurbano sur se encuentra participando en dos ligas de fútbol infantil y en la Liga de Básquet de Avellaneda. Asimismo, el equipo de handball compite en la Asociación Sureña de Balonmano (Asbal).

Está claro que en la asociación no sólo buscan el ejercicio físico y su presidente así lo expresó: “estamos trabajando con instituciones de Lanús Este y Monte Chingolo para acercarnos más a los adolescentes, que son la franja etárea más descuidada, porque los pibes cuando llegan a los 13 dejan la infancia y abandonan el club justo en la edad en que más expuestos están”.

Para no quitarles ese “paraguas protector”, están organizando torneos de fútbol, en cancha de 11, con algunos clubes vecinos y así logran juntar a muchos “pibes de 14 ó 15 años para poder mantenerlos ligados a la actividad deportiva”, relató el referente del Unión.

El club creció mucho en poco tiempo, y en la actualidad tiene más de 400 chicos haciendo deportes, y cerca de 250 adultos en la escuela. ¿Un dato curioso? La mayoría de los que estudian son papás o abuelos que “llevando a sus chicos a hacer deportes vieron la posibilidad de completar sus estudios”, contó Ramella.

Hace poco terminaron una biblioteca a la que llamaron Arturo Jauretche, en honor al pensador, escritor y político argentino. Si bien está terminada, en cuanto a su edificio, le “vendrían muy bien más libros, así que aceptamos donaciones”, confió el titular del Unión. El número telefónico para quienes quieran colaborar con la causa es 4230-9798.

Nota publicada en la edición impresa de La Unión del 4 de junio de 2010

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junio 02, 2010

Propuesta Tatú: curar solidariamente y sin dinero

Se trata de un grupo de jóvenes médicos que se instalaron en los barrios 17 de Noviembre, de Budge, El Canario y Villa París, de Almirante Brown. Lleva su nombre en honor a Ernesto Guevara.

Propuesta Tatú es un proyecto “solidario, independiente y autónomo” llevado adelante por un grupo de jóvenes médicos argentinos egresados en Cuba, que se instala en barrios “de extrema pobreza” para mejorar la calidad de vida de los habitantes. El coordinador de esta iniciativa, Gino Strafaroni, explicó que no buscan “sólo atender (sanitariamente) a las personas sino resolver algunas realidades sociales” de las zonas más carenciadas.


En el 17 de Noviembre, como se conoce al barrio que nació al margen de Camino Negro a la altura de Budge -luego de que los vecinos tomaran un enorme terreno baldío-, funciona una salita de atención médica a cargo de Tatú. “Al principio la relación con los vecinos fue de escepticismo, porque la gente está acostumbrada a que se le ofrezcan cosas y no cumplan”, contó y analizó Strafaroni en diálogo con La Unión.

“Una mujer del barrio, la otra vez confesó que creía que después de las elecciones nos íbamos a ir”, reconoció el referente de la organización que lleva su nombre en honor a Ernesto “Che” Guevara. Es que al líder revolucionario lo llamaban “Tatú” durante su intento de llevar el proceso liberador a los pueblos de África.

La relación entre Tatú y Cuba es “de mucho afecto”, pero la iniciativa no recibe subvención económica de ningún tipo. El cariño se justifica porque la mayoría de los colaboradores de Tatú egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina, ubicada en La Habana.

“Ya hay aproximadamente 280 argentinos egresados de esa escuela”, relató Strafaroni, que anunció que en la actualidad hay “cerca de mil jóvenes estudiando allá”. El rol de Tatú, además de ayudar a los grupos más postergados de la sociedad a obtener atención sanitaria digna, es también el de colaborar a “reintegrar a la sociedad argentina a los egresados que regresan al país”, contó el médico.

Todos los jóvenes que viajan al país caribeño para realizar sus estudios superiores lo hacen con una beca completa, es decir que no deben abonar ni un centavo por viajes, educación, comida y una larga lista de etcéteras.

“La diferencia entre un egresado de Cuba y uno de la UBA es la práctica”, enunció Strafaroni, que continuó: “en UBA recién cuando alguien se recibe realiza prácticas, mientras que en Cuba lo hace desde el primer año”.

Sin embargo, el referente no se quedó en las diferencias y reveló que dentro de Tatú cuentan con “algunos egresados de la UBA que se sumaron a la propuesta y atienden a la par” de los médicos formados en la Tierra de la Revolución.

El trabajo de este grupo no se queda en lo sanitario, que ya es mucho, sino que también abarca áreas relacionadas con lo social. Strafaroni graficó las razones a este diario: “el 17 de Noviembre no tiene agua potable, entonces tenemos a diario chicos con diarrea: si no intentamos resolver el problema, vamos a pasar curando siempre lo mismo”.

Por eso, desde la salita del barrio los representantes de Tatú se comunicaron con los responsables de la distribuidora de agua estatal AySA para intentar dotar de agua potable a los habitantes del lugar. Además, desde la entidad solidaria encararon proyectos de alfabetización para los vecinos.

El 17 de Noviembre no es el único lugar del conurbano sur donde Tatú dice presente, ya que también tiene “misiones” en los barrios El Canario y Villa París, de Almirante Brown.

Asimismo, la entidad intenta capacitar a algunos de los habitantes de las poblaciones en materia de primeros auxilios para que sepan responder frente a una posible emergencia.

Todos los servicios que brinda Propuesta Tatú son absolutamente gratuitos, desde la atención médica hasta los remedios, que la entidad compra con lo que ingresa por donaciones.


Publicado en la edición del diario La Unión del 2 de junio de 2010
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junio 01, 2010

“La Vieja del Andén”: Para que los pibes sigan jugando

Bajo esa consigna nació hace 16 años la ONG “La Vieja del Andén”, en Longchamps. Se trata de un lugar donde unos 30 niños y niñas en situación de vulnerabilidad social pueden almorzar, divertirse y aprender.

“Que los chicos sigan siendo chicos” es el emblema de la organización “La Vieja del Andén”, que recibe cada sábado a una treintena de pibes de entre 4 y 16 años para almorzar, jugar y aprender. “Siempre las actividades son lúdicas, recreativas y didácticas”, definió el educador popular Luis Aranda, uno de los coordinadores de la casa.

Se trata de una ONG que nació hace 16 años recorriendo las estaciones del ferrocarril Roca en busca de chicos en situación de calle para darles un lugar de pertenencia. En diálogo con La Unión Aranda comentó que desde 2001 hubo “un cambio en la población de chicos” que asistía a los encuentros. El boca en boca había logrado que “La Vieja…”, que estaba ubicada a metros de la estación de Longchamps, se poblara de chicos de barrios aledaños, además de quienes llegaban procedentes de las vías.

“Por cuestiones coyunturales ya no podemos hacer las callejeadas (buscar a los chicos que no tienen hogar para invitarlos) y ahora estamos trabajando solamente con los pibes de los barrios”, se lamentó Aranda que, sin embargo, afirmó: “la intención es volver al trabajo en las estaciones, además de trabajar los barrios desde la sede” que están construyendo.

Hace unos años la asociación, que no cuenta con apoyo estatal, pudo comprar un terreno en el barrio Los Frutales, de la misma localidad, gracias a donaciones que provinieron de España y Alemania.

“Por mantener el trabajo todo este tiempo, conocimos a personas que se fueron a vivir al exterior y nos mandaron dinero desde España”, narró el educador. Además, todos los años “La Vieja…” recibe a voluntarios alemanes -que vienen a trabajar a Latinoamérica- y en muchos casos, estos jóvenes cuando regresan a su país organizan colectas para colaborar con la asociación.

“Hace 5 años que tenemos el terreno, pero no podíamos construir por falta de fondos”, recordó Aranda, que trabaja en la ONG desde hace más de una década. Poco a poco, y codo a codo, en lo que era un baldío en el barrio Los Frutales, se va levantando la casa de “La Vieja”, donde cada fin de semana los niños que asisten participan de juegos y clases de apoyo escolar.

“La mayoría de los chicos con los que trabajamos ahora van a la escuela y por eso se enganchan con las clases”, valoró Aranda, que destacó la importancia de que los más chicos tengan “contención en las casas”. Por eso, los referentes de la ONG recorren las viviendas durante la semana para visitar a las familias de los niños.

La organización brinda una comida en las jornadas lúdicas gracias al apoyo de una asociación de mujeres de Temperley que les dona alimentos todos los meses. Igualmente, Aranda aclaró que “haya o no comida, las actividades se hacen igual, ya que lo más importante es que los chicos jueguen, porque es lo que tienen que hacer”.

“La Vieja del Andén” seguirá luchando para garantizar los derechos de los pibes a jugar, educarse y alimentarse. Quienes deseen acercarse pueden ir a la sede ubicada en Boulogne Sur Mer 2260, Longchamps, o escribir a laviejadelanden@gmail.com.

Publicado en la edición del diario La Unión del 1º de junio de 2010
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