agosto 28, 2012

Roles peligrosos, una violencia aprendida

INFORME ESPECIAL | LA RAÍZ CULTURAL EN LAS AGRESIONES DE GÉNERO

Los especialistas aseguran que la violencia de género tiene relación con el sistema patriarcal que aún rige en la sociedad y que diferencia entre mujeres “débiles”, que se mueven en ámbitos privados, y hombres “fuertes”, protagonistas de lo público. Hoy, en plena equiparación de derechos, la tensión muchas veces deriva en agresión.


En las últimas semanas, escenas trágicas de violencia de género inundaron las pantallas de televisión; mientras que informes de organizaciones especializadas dieron cuenta del aumento en la cantidad de mujeres golpeadas, abusadas, torturadas y asesinadas por sus parejas. De hecho, las denuncias por estos casos en la provincia de Buenos Aires aumentaron un 20 por ciento interanual, en tanto que se registraron 119 femicidios en Argentina durante el primer semestre del año.

En este contexto, la sociedad argentina reavivó el postergado debate en torno a cómo abordar una problemática cada vez más visible y aterradora. ¿Qué características tiene un pueblo en el que tantos varones ejercen violencia contra sus cónyuges? ¿Por qué muchos medios continúan tildando de ‘pasionales’ a estos crímenes que de pasión nada tienen?

Los especialistas señalan que la sociedad patriarcal (o machista) establece diferencias profundas entre el rol del varón y el de la mujer, asignando a ellas las tareas del hogar, del cuidado de los hijos y acotando su desempeño al ámbito privado; mientras que a ellos les adjudica posturas lejanas a la sensibilidad, enfatizando sus tareas en el ámbito de lo público, como proveedores de dinero y al mando de los cargos públicos.

Estos “mandatos” calan tan profundo, que incluso han establecido en muchas generaciones de mujeres una disposición a “aguantar” gritos y hasta golpes por parte de sus maridos porque “eran buenos al llevar dinero a casa”.

Lo cierto es que los avances de las mujeres en el mundo laboral, político e intelectual conllevaron a un incremento en los niveles de autonomía femeninos, que produjeron un equiparamiento con el varón pero, como contrapartida, empeoraron el panorama: los estereotipos más estructurados, machistas y conservadores se vieron en jaque, por lo que en muchas ocasiones las tensiones se exponen de la peor manera, a través de violencias de género físicas o psicológicas, tanto en el hogar como en el ámbito laboral.

Construyendo al machismo desde casa. “Desde el momento en que se sabe el sexo de la criatura, culturalmente ya hay una idea sobre cómo debe ser un varón y cómo una mujer. Esta diferencia de roles ligada al sexo no permite una completud del ser humano y asigna diferente poder, dándole más a los varones que a las mujeres”, explicó en diálogo con Info Región María Eva Sanz, presidenta de la Asociación Mutual Grupo Buenos Ayres, una organización que lucha contra la violencia doméstica y tiene sede en Lomas de Zamora.

En sintonía avanzó la psicóloga Cristina Oroño, consultora del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), al sostener: “Hay diferentes instituciones con las cuales se va socializando a niñas y niños, tanto desde la familia, cuando las nenas tienen que jugar con muñecas y los varones con pelotas, como desde las escuelas, la Iglesia, la Salud, la Justicia o las Fuerzas de Seguridad”.

Según señalaron las especialistas, desde los primeros juegos en el hogar se van definiendo posiciones que luego cada niño o niña incorporará y aplicará durante su vida.

“Desde el momento en que se sabe el sexo de una persona, el ideario que tenemos los hombres y mujeres de nuestro territorio va marcándole a varones y mujeres cómo deben ser y comportarse, qué cosas deben querer y qué no y se van marcando los estereotipos de género”, amplió Sanz.

Por su parte, Oroño aportó que “históricamente, las mujeres quedaron ligadas a la reproducción biológica y social en el espacio privado y doméstico”, mientras que “al hombre se le adjudicó el espacio público, el de proveedor y el de ocupar espacios políticos y públicos en general”, lo cual redunda en “una superioridad por el sólo hecho de nacer varón y de inferioridad por el sólo hecho de nacer mujer”.

Éstas condiciones desencadenan en violencia al “entrar en tensión el avance de las mujeres en el espacio público” -ya sea en ámbitos comunitarios o de empleo- dado que “les va dando una mayor autonomía” que interpela la palabra del varón. “La pone en cuestión en vez de aceptarla sumisamente. Y en personalidades que son muy rígidas parecería que atenta contra la masculinidad de algunos, y la manera de ‘resolverlo’ es a través de la violencia”, apuntó la referente del CNM.

La violencia (oculta) que siempre existió. La psicóloga social especializada en adicciones y violencias Ana María Micozzi sostuvo que en la actualidad el vínculo entre hombres y mujeres “es diferente” porque son ambos los que salen a lo público. “Antes había mucha violencia también, aunque estaba dentro de los parámetros normales que un marido llegara a la casa y tuviera que estar todo ordenado y limpio y con una actitud de poder, por ser quien aportaba el dinero”, indicó.

Asimismo, Micozzi -que pronto comenzará a desempeñarse en la ONG Prevenir, dedicada a auxiliar en casos de violencia de género- subrayó que el machismo no está instalado solamente en los cerebros masculinos. “Hay casos en los que una mujer se logra separar del marido y su propia madre la cuestiona por ejemplo al preguntarle ‘¿a qué psicóloga vas?’. Las mujeres de otras generaciones tienen sus psiquis atravesadas con la idea de que hay que aguantar los gritos e insultos de la pareja, porque él es bueno y trae la plata a casa. Esto es muy pesado para estas generaciones”, resaltó.

Con ella coincidió Oroño: “Las mujeres estamos socializadas para quedarnos en la casa y cuidar a los hijos, con una concepción del amor con cierta admiración y altruismo, que inhibe la capacidad de expresar su enojo y disgusto, lo cual hace que muchas sigan en esos vínculos con maltratadores”.

A su vez, la presidenta de Grupo Buenos Ayres consideró que “hay riesgos de violencia cuando tanto el varón como la mujer adhieren en un 100 por ciento a estos estereotipos” y postuló que “a mayor adhesión a los mandatos, mayor riesgo de violencia doméstica”.

“Si ambos se van corriendo de esos estereotipos, hay menos posibilidad de que ocurra”, indicó y puntualizó que “el varón aprende a dominar porque el estereotipo tiene que ver con ser controlador, dominante y exitoso”, mientras que “la mujer, por oposición, todo lo contrario” ya que “si el hombre es independiente, tiene que ser dependiente; si él es firme, ella flexible”.

Como intento de superación, planteó: “Tenemos que demostrar que el hombre siente y que la mujer puede tener desarrollo intelectual”. Micozzi coincidió: “A una nena se la estructura de chica, desde los regalos y juegos, a que puede cocinar, cuidar bebés y planchar. Actualmente, hay que reconocer que las nenas pueden jugar al fútbol, ir a taekwondo o pintar; y que obviamente los varones también pueden ir a un taller de arte. Tanto varones como mujeres pueden disfrutar y desarrollar la misma actividad, pero hay que darles su lugar”, sintetizó.

Cada vez más casos. Desde Bahía Blanca, las brutales imágenes de un hombre golpeando a su pareja por encima de la cerca y en presencia de su pequeña hija conmovieron al país y llamaron a reflexionar sobre una problemática que, año tras año, se cobra cientos de víctimas. Con pocas horas de diferencia, surgió la noticia de que en Avellaneda otro varón había picaneado durante horas a su ex novia en su cumpleaños.

El Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires informó que durante el primer semestre del año se registraron 641 llamados a la línea gratuita de asistencia a las víctimas de violencia familiar 0800-666-5065, lo que representó un 15 por ciento más en relación al mismo período del año pasado. La mayor cantidad de llamadas provienen del Gran Buenos Aires.

El informe, que fue elaborado por la Dirección de Políticas de Género, que depende de la Subsecretaría de Políticas Sociales, reflejó que la franja con mayor cantidad de denuncias es la que va de los 31 a los 40 años, con el 30,6 por ciento del total, seguida por la de 50 años en adelante (24,75%) y por la de 20 a 30 años (24,50%). El 20% restante corresponde a denuncias realizadas por mujeres de entre 41 y 50 años.

Las especialistas, sin embargo, coincidieron en que “no es que haya necesariamente más casos” sino que “se denuncia más”, en parte por la mayor cantidad de herramientas de contención disponibles tanto en comisarías como en juzgados.

No obstante, según el relevamiento realizado por el Observatorio de Femicidios en Argentina, coordinado por la Casa del Encuentro, en el primer semestre de 2012 hubo 119 homicidios de mujeres por violencia de género, lo que representa que cuatro mujeres fueron asesinadas cada seis días. Además, en siete de cada diez casos, el presunto agresor resultó el marido o ex pareja de la víctima.

Cómo asisten los organismos. En diálogo con este medio, Patricia Malvina Amarilla, autoridad en la Comisaría de la Mujer y la Familia de Almirante Brown, comentó cómo se desempeñan ante el arribo de una denunciante. “Los primero que se hace es orientar a la mujer porque normalmente denuncian situaciones de muchos años y no saben si empezar por el último episodio o con las primeras cosas que pasaron. Se las deriva al centro multidisciplinario, donde los profesionales las orientan, asisten y les comentan las herramientas”, señaló.

A su vez, informó que en “casos graves” en los que “no pueden o quieren retornar a su casa, se les recomienda quedarse en la casa de algún pariente o amiga de confianza, del cual se asientan los datos para que su pareja no pueda denunciar algún supuesto abandono de hogar que la perjudique después”. Además, realizan un seguimiento telefónico o con visitas al domicilio para seguir el caso.

“Siempre recomendamos a las mujeres que estén con otras personas para compartir las experiencias y desnaturalizar el maltrato, salir del aislamiento. También hay recursos legales como la denuncia porque cuando interviene la Justicia pone medidas de protección”, agregó la referente del CNM.


*Publicado en la edición impresa del diario InfoRegión del 25 de agosto de 2012.
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