noviembre 16, 2010

Alumnos extranjeros que cursan en la UBA podrán alojarse en casas de familia

Ante el aumento de los viajes de estudio, las facultades ejecutan programas para incluir y contener a los visitantes. Destacan la importancia de la integración cultural y el nivel pedagógico.

Si bien resulta imaginable que la mayoría de las personas que se dispone a cruzar una frontera lo hace para trabajar o hacer turismo, existe también una importante cantidad de migrantes que se alejan de su tierra natal para asistir a las aulas de alguna universidad foránea.

Ante este panorama, las casas de estudios comenzaron a lanzar programas para facilitar la integración de los inmigrantes que elijen las tierras gauchas para cursar sus carreras de grado. A través de estos convenios, los beneficiados pueden alojarse en casas de familias para fomentar el intercambio académico y cultural.

En esa línea, la facultad de Agronomía, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), anunció la creación de Agro Familia, programa que estará destinado a alumnos extranjeros, a raíz del “importante crecimiento de la matrícula de estudiantes que provienen de distintos países”.

La directora de Relaciones Internacionales de la Facultad, Mariela Andreozzi, aseguró que el número de alumnos “viene creciendo con continuidad, todos los años” y destacó que los países más demandantes de intercambio son “Brasil, Colombia, México, España y Francia, y esporádicamente Estados Unidos y otros de Europa”.

Al respecto, sostuvo que “la visión que tienen (los extranjeros) del país es excelente, por la calidad de su gente y de la educación”, y agregó que “los bajos precios, en comparación con otros países, y la posibilidad de practicar un segundo idioma, favorecen la elección”. Además, manifestó que los estudiantes extranjeros consideran que Buenos Aires es “un lugar interesante para conocer, pasear y divertirse” y destacó que tanto la Facultad como la UBA “cuentan con un gran prestigio”.

En sintonía se pronunció Mercedes Cravero, que tiene a su cargo el Departamento de Intercambio de la Facultad de Filosofía y Letras de UBA, al comentar que realizan un “trabajo de asistencia y orientación” para los alumnos extranjeros. Y explicó que la facultad a la que pertenece cuenta con dos tipos de programas para incluir a los estudiantes.

“Algunos, como los que vienen de Estados unidos, están acostumbrados a vivir en un ‘campus’ y sus convenios les arman programas para que viajen y se hospeden en casas de familia”, testimonió Cravero en diálogo con La Unión. Y completó que “el resto son estudiantes ‘independientes’, que están como más sueltos y requieren más asistencia directa”. A ellos, tratan de darles contactos para que se guíen.

Por su parte, el decano de Agronomía, Rodolfo Golluscio, sostuvo que la llegada de los estudiantes “representa una oportunidad para los alumnos argentinos, que luego pueden benefi ciarse con programas de intercambio para realizar estudios en otros países”.

La referente de Filosofía y Letras precisó que los visitantes pueden “tomar cursos por uno o dos cuatrimestres”, y que para ello “hacen un procedimiento sencillo de admisión” que consta en acreditar que son “estudiantes en una universidad en el extranjero”.

De este modo, quedan habilitados para tomar cursos dentro de las carreras de la institución educativa. Cravero subrayó que “un alumno extranjero toma sus cursos en las mismas condiciones que un alumno local”.

“Toman las mimas materias y de la misma forma, con iguales evaluaciones para que tengan la misma experiencia. Esto permite el contacto y la integración con los alumnos locales y tienen una experiencia real”, aportó.

Así las cosas, la inscripción es abierta a alumnos de todo el planeta y las estadísticas indican que para los cursos curriculares de Filosofía existen unos 250 extranjeros por cuatrimestre. Para tener una noción de los países que más alumnos envían, sirve la proporción de que cerca del 50 % provienen de Estados Unidos, mientras que el resto provienen de Europa y Latinoamérica.

Del viejo continente, los que se imponen son los alemanes por sobre los demás países. “En Alemania está en boga el estudio del español y por eso les interesa mucho venir. El boca en boca lo hace solicitado y ellos combinan el estudio del idioma con áreas temáticas”, explicó Cravero.

Agro Familia

La directora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Agronomía de la UBA, Mariela Andreozzi, explicó a La Unión los fundamentos del Programa Agro Familia, que permite a extranjeros parar en casas de familia.

Andreozzi aseguró que la “creación de lazos de amistad” para aportar al acercamiento “entre los países del mundo a nivel académico y cultural”, es fundamental.

En ese sentido, agregó que se busca “acercar a la facultad a la comunidad y el barrio, y enriquecer la preparación académica entre los estudiantes de la Facultad y extranjeros”.

Para Andreozzi: “El programa permite a aquellos alumnos interesados en conocer la cultura y convivir con argentinos puedan vivir en casas de familia durante su intercambio”. Para eso, la facultad asiste “con su acompañamiento”.

Ignorando fronteras

La estudiante estadounidense de Educación Kate Holzman llegó a Argentina, precisamente a Buenos Aires, por primera vez en el invierno de 2006 para hacer una pasantía en una organización no gubernamental. Al año siguiente se inscribió en la universidad de La Matanza “para hacer investigaciones para la tesis de posgrado”.
Holzman le contó a La Unión que “llevaba mucho tiempo estudiando castellano” y que pasó su tiempo en Argentina “en proyectos educativos muy inspiradoras”. La estudiante valoró que sigue en “contacto con la gente con quien trabajaba” y adelantó que piensa volver en 2011 para continuar su desarrollo académico.

La extranjera comentó que “ha viajado por varias partes del país”, aunque destacó que conoce más la zona de Buenos Aires y La Matanza, por haber trabajado allí. “Son muy interesantes esas zonas para mi, porque la Capital Federal y los alrededores parecen contener varios mundos muy distintos, con gran mezcla de culturas”, subrayó.

En ese sentido, la mujer que define como “súper importante” su experiencia en las costas del Río de La Plata, reflexionó que en su tiempo en Argentina “como cooperante y estudiante del desarollo y el cambio social” la impresionó la “lucha de los grupos que, con pocos recursos, pelean para construir una vida mejor para ellos y sus niños”.

Entre los testimonios de los alumnos de otros países que cursan en Argentina, Lucie Beudin, estudiante canadiense que cursa Ciencias Ambientales, dijo que llegó atraída por la imagen que existe en el exterior del país. Fernando Branquinho, de la Universidad Estadual Paulista, de Brasil, sostuvo: “Los brasileños vemos en Argentina una agricultura muy fuerte, principalmente en la producción de granos y vacuna”.

La oferta para conseguir ubicación, viajes turísticos y contactos, también la brindan algunas empresas, como “road2argentina” (www.road2argentina.com). Agustín De Marco, que dirige al portal digital que traza lazos entre las tierras criollas y otros destinos, contó: “Coordinamos los programas de intercambio. Nos encargamos de darle un lugar donde vivir y donde estudiar”.

Además, explicó que la empresa “para prácticas profesionales o trabajos voluntarios” también contacta a los trabajadores con sus empleadores.