junio 16, 2010

Fábrica recuperada ex San Remo: ocho años gestionada por sus obreros

Luego de presentar la quiebra, pasó a manos de los trabajadores. Todos cobran el mismo sueldo, sin diferencias por cargo. Ayudan a otras cooperativas que recién comienzan.

Desde hace ocho años, la textil San Remo está a cargo de sus trabajadores, luego de que la empresa se declarara en quiebra, tras la crisis económica que sacudió al país a principios de siglo. María Inés Contreras, una de las referentes de la fábrica recuperada, afirmó: “estamos mejor que en la época anterior”.

En la entidad lanusense, ahora conocida como “Cooperativa de Trabajo ex Textil San Remo Limitada”, trabajan 23 obreros/socios que cobran exactamente el mismo sueldo, sin distinciones por el puesto que ocupen.

Cuarenta años para atrás en el calendario comenzaba la historia de la empresa dedicada al tejido por puntos. Sin embargo, entrado el nuevo milenio, cerró sus puertas, culpa de “la revolución productiva, pero al revés”, según definió Contreras.

“La fabrica estuvo un año cerrada, hasta que empezamos con los trámites en la municipalidad (de Lanús) y en los juzgados”, recordó la referente, quien destacó el desempeño de un juez que “habló con los dueños para comentarles que queríamos poner una cooperativa”, y logró la apertura.

Luego, los obreros que la conformaron tuvieron que realizar refacciones en las maquinarias para poder operar, ya que el tiempo sin producir había causado daños en ellas. “Hubo que reparar muchas cosas cuando empezamos y hacer muchas tareas de mantenimiento”, rememoró Contreras.

En aquella época los trabajadores estaban sin cobrar vacaciones, sueldos o aguinaldos por el cierre de la empresa. “Todo fue difícil al comienzo porque nació a costa de necesidades. Había jefes de familia desempleados y como éramos mayores de 30 años, no conseguíamos laburo”, analizó la (ahora) dueña de su propio trabajo.

Después de tener la orden judicial para poder administrar la fábrica, los obreros autogestionados tuvieron que decidir cómo organizarse. Contreras lo simplificó: “la mayoría estamos en los puestos que teníamos antes, aunque aprendimos el trabajo de todos”.

Todas las decisiones que toman los socios, las discuten en asambleas, que se realizan periódicamente. En esos debates se realizan, además, las revisiones de cuentas y se aprueban los balances.

“Mal no nos va”, evaluó Contreras, quien representa a la fábrica que incorporó tres nuevas máquinas de tejeduría desde que está a cargo de los trabajadores. En la entidad todos cobran lo mismo, cualquiera sea el cargo que ocupen. “Nos pareció lo mejor, y lo decidimos así”, contó la operaria, que aclaró que “los sueldos están mejor que antes”.

La organización forma parte del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas que concentra a los trabajadores de más de sesenta entidades con estas características. “Hay una cuestión solidaria de fondo. Entre las fábricas nos ayudamos con mercadería, dinero o lo que se pueda. Todo es para auxiliar a las que recién empiezan”, reveló la referente.

En julio, la fábrica lanusense, ubicada en Bolaños 1136, cumplirá sus primeros ocho años como cooperativa y este hecho representa para sus trabajadores un “profundo orgullo”.

“Es increíble lo que la gente puede hacer cuando se junta. Es una experiencia hermosa”, evaluó emocionada Conteras, quien concluyó: “creemos que no tenemos techo, porque el límite lo ponemos nosotros”.

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