septiembre 01, 2010

Los cooperativistas ganan hasta un 50 % más que los privados

Los trabajadores que se hicieron cargo de las fábricas –que suman unas 15 en zona Sur– no hacen diferencia de salarios dentro de cada compañía. Lograron equiparse y sumar productos.


Desde que no tienen patrones, además de verse en condiciones más homogéneas, ganan más: lo afirmaron los trabajadores de fábricas recuperadas del sur del Conurbano bonaerense, que en promedio, superan sus ingresos hasta un 50 % en relación a los empleados del mismo rubro pero que trabajan en empresas privadas.

E incluso compraron maquinarias para sus establecimientos y agregaron nuevos productos a sus catálogos de ventas. Tanto la productora de jugos ex Suin, la de repuestos sanitarios ex INSA y la de textiles ex San Remo –las tres en Lanús– coinciden en haber pasado por procesos similares, que van desde la quiebra de sus industrias hasta el desamparo de los trabajadores.

A partir de esa instancia, los obreros, organizados en cooperativas, presentaron ante el Estado todos los papeles necesarios para poder hacerse cargo de las líneas de producción, y se lanzaron al –hasta entonces– inesperado papel de conducir su propio emprendimiento.

Para lograrlo, en todos los casos, las nuevas administraciones manufactureras tuvieron que saber conquistar nuevamente la confianza de proveedores y clientes, que descreían de los trabajadores que hasta hacía poco formaban parte de las empresas quebradas. “Sólo quedaban uno o dos clientes: a los demás tuvimos que ganárnoslos, porque la empresa, en los últimos años, venía cobrando por adelantado y sin cumplir las entregas”, explicó Jorge Vivone, referente de la actual productora de repuestos sanitarios “Cooperativa Fénix” (ex INSA).

Luego de que las fábricas recuperaron esa credibilidad que hasta el momento parecía tambalear, llegaron momentos de bonanza que permitieron mejorar las tecnologías y ampliar las herramientas de cada línea de producción. En ese sentido, desde la “Cooperativa de Trabajo ex Textil San Remo Limitada”, María Inés Contreras reveló que en los últimos años incorporaron tres nuevas máquinas de tejeduría a las que heredaron de la anterior administración.

Todo se hizo de a poco; Vivone fue testigo del progreso: “Con el tiempo compramos un ciclomotor, luego una moto, y ahora tenemos dos camionetas en la calle, además de dos nuevas maquinarias de última generación”. Pero la prosperidad de estos trabajadores -que entre ellos, cobran exactamente el mismo dinero por mes sin hacer diferencias por el puesto jerárquico que ocupan dentro de la compañía- no quedaría sólo en mejoras de infraestructura, sino que se trasladaría a sus bolsillos. Al respecto, Juan Aguirre y Alfredo Giordano, referentes de la “Cooperativa de Trabajo Citrus Argentinos”, que produce los jugos Suin desde 2005, coincidieron en que están un “20 % mejor” que antes de convertirse en “dueños de su trabajo”.

En sintonía, el obrero especializado en griferías dijo que actualmente los socios ganan “un 50 % más” que un empleado de igual rubro, pero con patrón. Las tres productoras –que junto a otra decena están ubicadas en zona Sur y representan cerca del 10 % del total de casos en el país- forman parte del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas, que ayuda a organizarse a trabajadores de empresas que presentan la quiebra y quieren comenzar por el camino de la autogestión.

“Nos da mucho orgullo ser dueños de nuestro trabajo, es algo especial. Esto no está pensado sólo para nosotros, queremos que les quede a nuestros hijos y nietos”, expresó Aguirre. “Por primera vez fuimos artífices de nuestro propio destino”, analizó Giordano en consonancia, y concluyó: “Tuvimos que levantar una marca que venía produciendo cada vez menos”.

Y vaya si lo consiguieron: en la actualidad, los productores de refrescos están por agregar a su clásico jugo concentrado, una línea de gaseosas y otra de aguas saborizadas, una serie de productos que prometen dejar un sólido legado que no hace más que cristalizar el esfuerzo que los trabajadores independientes vienen haciendo desde 2001.



Empezar de cero

La mayoría de las fábricas recuperadas tienen en común que surgieron tras la crisis económica que sacudió al país en 2001. A partir de allí, se agruparon y comenzaron su crecimiento autogestionado. Las historias de las productoras lanusenses no escapan a la regla.

De hecho, la ”Cooperativa Fénix”, surgió luego de que los patrones hayan abandonado la empresa, en 2001, por la mala situación financiera. La productora de repuestos sanitarios cuenta con una decena de obreros en sus filas. Similar es el caso de la ”ex San Remo”, que se convirtió en recuperada en 2002, por la misma causa. Aquí, los trabajadores que ”aguantaron” –según sus propios dichos–, fueron 23.

Los problemas económicos también fueron el motor de cambio para los ex empleados de Suin. Si bien recién en 2005 los 22 obreros tomaron las riendas del emprendimiento, la situación venía en caída desde 2001.

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