junio 23, 2010

Violencia de género: “Hay que ponerse en el lugar del otro”

“Si yo entiendo lo que ella siente y ella entiende lo que yo siento: la violencia podría reducirse”, planteó el filósofo Juan Guillermo Figueroa Perea en una seminario titulado “Los varones ante el ejercicio de la violencia” que se realizó en el salón Mitre de la municipalidad de Lomas de Zamora y fue organizado en conjunto por la Fundación de Organización Comunitaria (FOC) y la comuna lomense. 

Durante su ponencia, el autor del libro “Ser padres, esposos e hijos”, e investigador del Colegio de México en Filosofía, planteó diferentes situaciones cotidianas para analizar lo diferente que reaccionan hombres y mujeres y tratar de así “ponerse en el lugar del otro”.

Junto a Figueroa Perea estuvieron el coordinador de la Campaña Lazo Blanco de Argentina y Uruguay –que defiende la consigna: “Hombres contra la violencia hacia las mujeres”-, Hugo Huberman y la socia fundadora de FOC, Elisa Pineda quien celebró “que se puedan abrir espacios de debate como éste”.

La charla se alejó de formalidades académicas e invitó a la reflexión colectiva. ¿La clave? Los ejemplos cotidianos: “Ante un eventual robo las mujeres primero piensan en no sufrir una situación de violencia sexual, mientras que los hombres en que no les roben la billetera o los lastimen”, enunció Figueroa Perea, que explicó que “el cuerpo de las mujeres es visto como un objeto de consumo (…) y que los hombres no lo piensan porque no lo sufren”.

La sucesión de escenarios imaginarios continuó y su llegada fue efectiva porque el centenar de personas que colmó el auditorio interactuaba con el experto en violencia social, que reflexionó acerca de los roles que las sociedades asignan a las personas de acuerdo con su género.

“No se espera que un hombre demuestre sus sentimientos (…) siempre tiene que estar fuerte (…) y eso genera violencia contra ellos mismos”, ejemplificó el filósofo.

Y para aclararlo se refirió a una entrevista que tuvo con referentes de Madres de Plaza de Mayo a quienes les preguntó dónde estaban los padres. “La mayoría de los padres no aguantó la lucha (…) no sabían que hacer con el dolor”, citó Figueroa Perea, que señaló que “es lógico porque al hombre no se le enseña a tratar los sentimientos”.

El “aprendizaje del género” lo graficó citando un concepto de Simone de Beauvoir, la autora de "El segundo sexo", que afirmó que “no se nace mujer ni hombre, se aprende a serlo”.

“La vida puede ser más justa si nos cuestionamos lo que parece obvio y podemos reinventarnos (…) logrando ponernos en el lugar del otro”, cerró Figueroa Perea, que se llevó una pila de aplausos de Lomas de Zamora.

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