junio 22, 2010

Los jóvenes debatieron la Escuela Secundaria

Más de trescientos jóvenes de todo el país participaron del encuentro “Cabildo abierto, Escuela abierta” que se realizó en el Ministerio de Educación de la Nación. Con el formato de charlas-debate, los pibes analizaron cómo mejorar la escuela secundaria. Las conclusiones fueron leídas al ministro Alberto Sileoni, que respondió puntualmente a todos los comentarios y propuestas. El titular de la cartera educativa Nacional también se planteó un desafío: “La tarea que nos proponemos es lograr incorporar a los 400 mil chicos que están fuera de la escuela”. El evento contó con el apoyo de la Dirección Nacional de Políticas Socioeducativas y de la jefatura de Gabinete del Ministerio. 

La jornada arrancó temprano con las palabras de Juan Pablo Yovovich, Director de la Fundación de Organización Comunitaria (FOC), una de las entidades organizadoras del evento, junto con la Red por los Derechos de los Jóvenes (Red x Der) y el Centro de Investigación y Educación Social (CiES), que expresó: “El país que queremos se debate desde la educación”.

En la misma línea se mostró la titular de Red x Der, Lizzie Wanger, quien opinó que “es importante ir construyendo con los chicos la nueva secundaria porque es de ellos”. Además, el Director de Políticas Socioeducativas, Pablo Urquiza, aseguró que es “un honor” que hayan asistido “chicos de distintos puntos del país para discutir y proponer sobre educación”.

Después de las presentaciones, llegó el momento para que algunos jóvenes cuenten sus experiencias en el campo educativo popular. Fue el caso de Soledad de Red x Der, fundación que tiene una revista de historietas que expresa las problemáticas de los adolescentes, que criticó: “La escuela muchas veces parece hecha para quienes tienen la realidad económica resuelta, ya que no contempla que los pibes salgan a laburar”.

Otra de las voces que sonó fue la de Ramón Lezcano, integrante de FOC, que contó qué participa desde hace una década en actividades que intentan incluir a los jóvenes que quedaron fuera del sistema escolar.
Cada chico recibió una hoja en blanco, donde debía colocar “cómo sería el país que sueña” y “qué secundaria se necesita para lograrlo”. Después, todos los que asistieron al evento fueron separados en grupos de aproximadamente 15 integrantes en los que debatieron desde la experiencia personal de cada uno qué cosas mejorar y cómo.

En uno de los micro-talleres, se escuchó a un chico lomense exponer: “Tuve una compañera, en noveno, que a los quince años dejó la escuela porque tuvo un hijo”. A continuación propuso que “sería bueno que en las escuelas haya guarderías para que las mamás puedan volver a estudiar”.

Después de aproximadamente una hora de trabajo con los coordinadores, cada grupo elaboró sus conclusiones y se las leyó (micrófono en mano) al Ministro Sileoni, que tomó nota de cada reclamo.

“Mejoras edilicias”, “flexibilidad horaria”, “espacios de participación”, “que las escuelas trabajen en conjunto con las organizaciones sociales”, “que haya guarderías en los colegios para madres y padres adolescentes” y “centros de estudiantes”, fueron los más escuchados.

Sileoni advirtió que no iba a dar un discurso “demagógico” y de entrada aclaró: “No podemos prometerles que para mañana todo va a estar bien”. Su honestidad fue bien recibida. Y el especialista en pedagogía explicó que “los cambios son procesos y que la tarea que se proponen (desde el ministerio) es lograr incorporar a los 400 mil chicos que están fuera de la escuela”.

Detrás del Ministro se veía una bandera argentina con insignias pintadas sobre el celeste y blanco: eran los pedidos de los jóvenes que se juntaron a debatir y proponer cómo mejorar el sistema educativo y el país. Ésos jóvenes que por televisión sólo son mostrados como violentos y vagos. “Son estigmatizados por la prensa, pero tenemos que ‘laburar’ juntos para que se muestren las maravillosas cosas que pasan en las escuelas”, invitó el titular de Educación.

Antes de retirarse, el funcionario nacional se mostró contento de fotografiarse junto a los centenares de alumnos. Luego, llegó el momento de almorzar los esperados ‘choris’ y hamburguesas. ¿El plato final? El Galpón de la Reforma del ministerio se convirtió en un teatro y apareció en escena “Del aceite a la cacerola”, una entretenida obra que repasó los 200 años de historia argentina, con la participación especial del actor Damián Desanto.

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