junio 02, 2010

Propuesta Tatú: curar solidariamente y sin dinero

Se trata de un grupo de jóvenes médicos que se instalaron en los barrios 17 de Noviembre, de Budge, El Canario y Villa París, de Almirante Brown. Lleva su nombre en honor a Ernesto Guevara.

Propuesta Tatú es un proyecto “solidario, independiente y autónomo” llevado adelante por un grupo de jóvenes médicos argentinos egresados en Cuba, que se instala en barrios “de extrema pobreza” para mejorar la calidad de vida de los habitantes. El coordinador de esta iniciativa, Gino Strafaroni, explicó que no buscan “sólo atender (sanitariamente) a las personas sino resolver algunas realidades sociales” de las zonas más carenciadas.


En el 17 de Noviembre, como se conoce al barrio que nació al margen de Camino Negro a la altura de Budge -luego de que los vecinos tomaran un enorme terreno baldío-, funciona una salita de atención médica a cargo de Tatú. “Al principio la relación con los vecinos fue de escepticismo, porque la gente está acostumbrada a que se le ofrezcan cosas y no cumplan”, contó y analizó Strafaroni en diálogo con La Unión.

“Una mujer del barrio, la otra vez confesó que creía que después de las elecciones nos íbamos a ir”, reconoció el referente de la organización que lleva su nombre en honor a Ernesto “Che” Guevara. Es que al líder revolucionario lo llamaban “Tatú” durante su intento de llevar el proceso liberador a los pueblos de África.

La relación entre Tatú y Cuba es “de mucho afecto”, pero la iniciativa no recibe subvención económica de ningún tipo. El cariño se justifica porque la mayoría de los colaboradores de Tatú egresaron de la Escuela Latinoamericana de Medicina, ubicada en La Habana.

“Ya hay aproximadamente 280 argentinos egresados de esa escuela”, relató Strafaroni, que anunció que en la actualidad hay “cerca de mil jóvenes estudiando allá”. El rol de Tatú, además de ayudar a los grupos más postergados de la sociedad a obtener atención sanitaria digna, es también el de colaborar a “reintegrar a la sociedad argentina a los egresados que regresan al país”, contó el médico.

Todos los jóvenes que viajan al país caribeño para realizar sus estudios superiores lo hacen con una beca completa, es decir que no deben abonar ni un centavo por viajes, educación, comida y una larga lista de etcéteras.

“La diferencia entre un egresado de Cuba y uno de la UBA es la práctica”, enunció Strafaroni, que continuó: “en UBA recién cuando alguien se recibe realiza prácticas, mientras que en Cuba lo hace desde el primer año”.

Sin embargo, el referente no se quedó en las diferencias y reveló que dentro de Tatú cuentan con “algunos egresados de la UBA que se sumaron a la propuesta y atienden a la par” de los médicos formados en la Tierra de la Revolución.

El trabajo de este grupo no se queda en lo sanitario, que ya es mucho, sino que también abarca áreas relacionadas con lo social. Strafaroni graficó las razones a este diario: “el 17 de Noviembre no tiene agua potable, entonces tenemos a diario chicos con diarrea: si no intentamos resolver el problema, vamos a pasar curando siempre lo mismo”.

Por eso, desde la salita del barrio los representantes de Tatú se comunicaron con los responsables de la distribuidora de agua estatal AySA para intentar dotar de agua potable a los habitantes del lugar. Además, desde la entidad solidaria encararon proyectos de alfabetización para los vecinos.

El 17 de Noviembre no es el único lugar del conurbano sur donde Tatú dice presente, ya que también tiene “misiones” en los barrios El Canario y Villa París, de Almirante Brown.

Asimismo, la entidad intenta capacitar a algunos de los habitantes de las poblaciones en materia de primeros auxilios para que sepan responder frente a una posible emergencia.

Todos los servicios que brinda Propuesta Tatú son absolutamente gratuitos, desde la atención médica hasta los remedios, que la entidad compra con lo que ingresa por donaciones.


Publicado en la edición del diario La Unión del 2 de junio de 2010
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