Talleres de plástica, panadería, música, cine e historia latinoamericana forman parte de las actividades que ofrece la organización social Chicos del Sur, de Fiorito, para tratar de contener a casi un centenar de pibes que asisten a diario. En la institución funciona la Casa del Niño, donde se sirve desayuno, almuerzo y merienda, a contraturno escolar.
"Trabajamos en una reivindicación educativa, por eso queremos reforzar conocimientos desde los talleres”, definió la coordinadora de la institución, Estela Rojas (que cofundó el lugar junto a su marido Mario Espínola).
Chicos del Sur, que se encuentra ubicada en Bucarest 259, en la periferia de Lomas de Zamora se presenta como una alternativa para que los “pibes puedan ponerse de pie” aprendiendo desde “la atención, las charlas y el cariño”.
La institución dio sus primeros pasos en 1994 y seis años después se había transformado en Casa del Niño. Hasta ese momento, las actividades eran “más reducidas”, según confió Rojas a La Unión. “A partir de las inquietudes que compartíamos con los vecinos, nos propusimos crear un espacio para trabajar por la infancia”, definió.
También, la referente analizó la situación de los niños que llegan a la entidad: “son parte de un sistema educativo que no está pensado para los pobres, y por eso tratamos de mejorar las condiciones. Yo no podría decirte dónde está la falla, pero sé que en las escuelas de la periferia los pibes no tienen las mismas posibilidades”.
Todos los años, la entidad provee a los chicos de dos pares de medias. “Este año todos tenían los pies mojados cuando se las dimos, viven en barrios inundables”, señaló Rojas, que subrayó: “así no tienen las mismas condiciones que un pibe que tiene una cama calentita todas las noches”.
Para su financiación, Chicos del Sur tiene dos convenios firmados. Por un lado, participa del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), al que se accede a través del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación; y por el otro, de un sistema de becas que otorga la Dirección de Infancia de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien los fondos están calculados para atender a 60 chicos, de lunes a viernes, las necesidades de la comunidad hicieron que la institución abriera sus puertas también los sábados y que reciba a 80 pibes, en lugar de 60.
“Caminamos mucho para hacer rendir la plata”, se sinceró Rojas. Para que alcance, realizan las compras al por mayor o a través de fundaciones que venden alimentos procedentes de donaciones, a precios reducidos. Según contó la referente, es el caso del “Banco de Alimentos”, que “los vende más baratos”, aunque “no siempre tiene de todo”.
La organización social dedicada a la infancia, que recibe niños de entre 2 y 14 años, está ubicada en el terreno donde conviven Rojas y Espínola. Inclusive, en los comienzos, los talleres se dictaban en la casa de la pareja. Sin embargo, hace un tiempo el matrimonio construyó “un departamento” a un costado y cedió las instalaciones a la Casa del Niño.
Los referentes barriales siempre trabajaron con niños. “Es un espacio de lucha, y laburar con pibes te da una perspectiva de cambios”, explicó Rojas. El correo electrónico de la institución lomense es chicosdelsur2002@yahoo.com.ar
Enlace
