agosto 09, 2010

“Cooperativa Fénix”: un trabajo resurgido de las cenizas con la autogestión

Se trata de una fábrica de repuestos sanitarios que fue abandonada por sus dueños durante la crisis de 2001. Los trabajadores la recuperaron y mejoraron su producción.

Desde hace ocho años, la fábrica de repuestos sanitarios INSA está a cargo de sus trabajadores, luego de que los dueños de la empresa la abandonaran durante la crisis económica que sacudió al país en 2001. Jorge Vivone, uno de los referentes de la fábrica recuperada graficó: “estábamos en un pozo y ahora lo miramos desde arriba”. En la entidad lanusense, ahora conocida como “Cooperativa de Trabajo Fénix”, se desempeñan once obreros/socios que cobran exactamente el mismo sueldo, sin distinciones por el puesto que ocupen.

A principios de siglo, los empleados de INSA habían quedado solos porque la empresa fue abandonada por sus propietarios. “No sabíamos qué hacer y nos quedamos adentro, casi por inercia. Después nos enteramos de que esto se podía expropiar y empezamos los trámites”, contó Vivone.

Los pasos para llegar a esa instancia no fueron pocos. Antes, habían pasado por el lugar inversores que pretendían comprar las instalaciones del lugar. “A nosotros nos parecía bien en ese momento porque estábamos desesperados, la cosa venía muy mal”, recordó el referente. Sin embargo, en aquella época los interesados decidieron dar marcha atrás porque “la fábrica estaba demasiado endeudada como para comprarla”.

No pasaría demasiado tiempo entre el intento de compra arrepentido y el retiro de los dueños. Luego, solamente quedó una decena de obreros que tendría que tomar las riendas de su propio futuro. “No teníamos nada: estábamos ‘enganchados’ de la luz, un vecino nos pasaba el agua, no teníamos ‘guita’ ni materia prima y sólo nos quedaba el teléfono para los pedidos”, rememoró Vivone.

El camino de la autogestión se había iniciado y no sería sencillo ya que la empresa se encontraba muy deteriorada económicamente. “Sólo quedaban uno o dos clientes, a los demás tuvimos que ganarlos con la confianza porque la empresa en los últimos años venía cobrando por adelantado y sin cumplir las entregas”, explicó el referente de la cooperativa ubicada en Humahuaca 2526.

Igualmente, la falta de compradores para los productos no era el único escollo a sortear, dado que la fábrica no tenía ningún vehículo para realizar las entregas a comienzos de esta década. “Había que lucharla.
Con el tiempo compramos un ciclomotor, luego una moto, y ahora tenemos dos camionetas en la calle”, narró el dueño de su propio trabajo, quien festejó que este año la Fénix compró “dos nuevas maquinarias de última generación”. Para levantar la entidad, Vivone reconoció que los “favoreció la devaluación (de la moneda nacional), como a toda fábrica argentina”.

En cuanto al dinero que cada uno de los trabajadores lleva a su hogar, el referente estimó que los obreros de la recuperada están cobrando “un 50 por ciento más” que un empleado de igual rubro pero con patrón. “Nosotros no tenemos sueldo, tenemos un retiro que es igual para todos porque acá no hay categorías, cobramos lo mismo del primero hasta el último”, expuso.

Desde prácticamente su surgimiento, la cooperativa forma parte del Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas que ayuda a las entidades que quieren seguir ese camino. “Se ayuda económicamente y en cuanto a logística. Muchas veces es más un trabajo de guiarlos que de apoyo económico. Saber cuáles son los pasos a seguir es lo más importante”, observó el especialista.

Si bien Vivone destacó el accionar del Gobierno para promulgar las leyes de expropiación que les “permite trabajar”, señaló que “falta que se reglamente la legislación para poder comprar la fábrica directamente”.

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